Hace dos años estaba avisándole a todos que me quedaba por un tiempo más en Las Huichas….Hace un año tenía sólo dos meses para terminar-revisar-pulir-imprimir mi tesis….

Ahora, dos años después, he pensado harto en este correo…. fue el mail que mi “gente” recibió cuando supe que me quedaba hasta diciembre en la Isla.

Coincide con que Nelson, secretario del Codih fue elegido como uno de los emprendedores sociales de El Mercurio… Coincide con que me confirmen para las palabras oficiales…. coincide con que me atrapó otro puerto, Valparaíso….

Todo a sólo dos años de la isla Las Huichas….

“Creo que no recuerdo cuando fue la última vez que me sentí así. Es como cuando das tu primer beso y sientes mariposas amarillas revoloteando por todos lados.
Es extraño sentirse así.
De pronto, miro a mí alrededor y todo cobra un sentido distinto, porque son otros los colores que pintan esta historia.
Me resulta muy difícil contarles cómo me siento ahora. Quizás tengo miedo de lo que puedan pensar después… esta desgraciada ya nos olvidó por ese litoral austral. Por favor, no crean eso en ningún momento. Al contrario, me acompañan siempre, en cada segundo que pasan ustedes están ahí, alentándome a seguir. No sé.

Estoy extraña.

A lo mejor, en el más científico de los casos, estoy ovulando o algo así. El asunto es que, resumiendo, me cuesta respirar otro aire que no sea el de Huichas. Puede ser que exagere, pero en este instante así es como me siento. Hace dos meses que llegué por estas tierras.

Hace dos meses que me alejé del “continente” para comenzar a vivir una maravillosa aventura en el litoral de esta hermosa región. A ratos, parece un sueño.

Despierto por la mañana y son los pajarillos lo que primero puedo oír. O el sonido del hacha cuando parte en dos los troncos para la combustion lenta que hay en la casa, o cuando logrè por primera vez hacer astillas, proque estaba sola en la casa y tenìa que sobrevivir o moria congelada.

Hay noches en que siento frío, y al acomodarme en la cama oigo como llueve afuera, con una intensidad que ya se quisiera cualquiera.

Otras, camino por la costanera y escucho como el viento se va colando, despacio y travieso, entre algunos árboles.

Los menos.

Porque en la costanera sólo hay cerca de la sede del Moraleda. También me encuentro con el Cholo, que es el perro del gringo. Eso es muy divertido. Bernardo, biólogo marino de SP, se comunica con él imitando sus ladridos, cosa que yo hago varias veces, y el Cholo “conversa” mientras me acompaña hasta la casa, o hasta el Consejo de Desarrollo de Islas Huichas.

El CODIH.

El CODICH como le dicen algunas personas de la isla. Marcando bien la CH. Lejos, es la experiencia comunitaria más potente que he podido conocer. Una comunidad que reacciona frente al aislamiento y precariedad que amargan sus vidas. No creo que haya teoría de participación comunitaria y apropiación del espacio público que alcance para describir lo que el CODIH hace en Huichas, en la región, en el país y suma y sigue. Es increíble ver como la comunidad se siente parte de un sueño de todos, para todos, con todos.

Por eso me alegro cada día.

Porque siento que soy testigo de la magia, del espíritu que mueve a estas personas a cambiar la realidad. Todos vivimos en el barro, pero somos pocos los que miramos las estrellas.

Las estrellas.

Esas que se ven nítidas cuando se despeja después de un temporal. Esa estrella que asomó anoche mientras llovía como si fuese un diluvio. Esa estrella que brilló con fuerza antes que las nubes la cubrieran. Al igual que el rayo de sol que caía hoy, cerca de las 7 de la mañana, mientras avanzábamos por los canales con destino a Aysén. Y como llovía, y ese rayo de sol insistía en seguir cortando las nubes, se formó un arco iris por más de 20 minutos, sobre los 7 hermanos, un grupo de islas que saludaron nuestro viaje en la Aruba. La Aruba, una lancha grandota, como la Aixamar 1, otra lancha grandota. Aunque a mi me gusta más la Tiare Baikava, tranquila, observando desde el sector el barrio.

El Barrio. Qué sector. Responsable de hacer de su espacio un mejor lugar. Por eso surgió la Escuela de Acción Comunitaria, que apuesta a que son ellos y ellas mismas quienes tienen la oportunidad de mejorar el lugar en que viven, en vez de sentarse a esperar a que los vengan a ayudar desde la institucionalidad.

El Barrio, donde vive la Señora Vechy que hace unos mates lejos lo mejor de la isla. Y los calzones rotos, los milcaos… en fin. Toda la gente del barrio. Don Mantequilla y su señora, la Cristi, que me invitan a comer curanto cada vez que voy a su casa. O la señora María, que nos ofrece mate cada vez que pasamos por su casa. O el Talo, que es capaz de hacer un estanque de bencina con una botella de YUZ, en medio del océano.

Océano, ese que nos entrega los mariscos sin marea roja aunque el Serv. de Salud dice otra cosa. Los choros zapatos que SI son del porte de un zapato, o los locos que son como mi puño. O el pescado, congrio, merluza y cuantos mas. o las jaibas que salen por montones.

Océano, ese que mira a esta isla todos los días, sobre todo cuando trabajo en la oficina de Nelson Millatureo, secretario ejecutivo del Consejo y director de la Radio Brisas del Sur, que más bien parece productor de Hollywod con todo lo que inventa. Bueno, desde su oficina se ve todo el muelle y el archipiélago. Es maravilloso. Lejos, el lugar más hermoso.

Ni hablar de Hugo Formantel, el presidente del codih, un 7 de persona. Deja chico hasta el mismísimo presidente de la república, no le importa nada de nada. Eso es lo más increíble… tiene una postura frente a la organización comunitaria, la participación y todo lo que se supone aprende en la universidad. Y sólo tiene 8º año. Trabaja desde los 12 años y es la persona más sabia que he conocido. De verdad.

Pucha… Islas Huichas que me has hecho. No quiero regresar. No quiero salir de aquí. Nunca más. ¿Creen que es terrible? Yo creo que no”. (Escrito hace un año… exactamente….)

Así y todo… volví al Puerto de Valparaíso…. abrigando el deseo de seguir la estela de estas islas dispersas…. quizás más pronto de lo q espero los colores sicodélicos de la “chica país” vuelvan a verse por las calles de Las Huichas…